Análisis sobre el boxeo: Perspectivas y retos actuales.

Héctor Martínez Díaz, periodista

Óscar Landerretche Moreno es un individuo resistente. No solo porque sobrevivió, gracias al Supremo—no al de la Corte chilena, sino al que está más arriba—al estallido de un paquete bomba que unos terroristas enviaron a su hogar en 2017, sino también por su pasión por el boxeo, un deporte que ha practicado con dedicación.

Desde que asumió el papel de vocero virtual de la candidatura de Carolina Tohá, ha estado lanzando jabs, crosses y hooks hacia sus competidores, lejos de colgar los guantes. Landerretche no ha escatimado en críticas, planteando que si Tohá no gana, es poco probable que apoye a quien quede en el poder. Además, ha expresado su preocupación sobre si el Frente Amplio podría llevar al país a un «maldito infierno» en caso de un gobierno de derecha, un golpe directo a la cohesión de la Coalición.

Su estilo parece invitar a sus rivales de primarias a un encontronazo, evocando aquellos memorables combates en el Teatro Caupolicán, o al menos intentando tirar algunos rounds en el gimnasio del afamado Club México.

Aunque algunos puedan considerar que su actitud es simplemente un juego de piernas provocador, queda la pregunta de si Tohá comparte su perspectiva.

Por esta razón, sus contrincantes han optado por no enfrentarlo de manera directa; ni siquiera Gonzalo Winter, quien cada vez se asemeja más a Arthur Shelby de los Peaky Blinders, un personaje con gusto por la pelea.

Como fervientes defensores de la libertad de expresión, no le pedirán a Tohá que frene a Landerretche; al máximo, le sugieren que él mantenga su protector bucal, con el que parece tener dificultad para hablar, y que se concentre en entrenar con su sombra en la pared.

Con Información de desenfoque.cl

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