Análisis de la figura de Elon Musk y su relación con conceptos de masculinidad en contextos distópicos.

En este contexto mundial distópico en el que vivimos, Elon Musk se erige como una figura representativa. Su deseo de llevar al extremo una visión de la masculinidad nos rodea y va más allá de nuestro planeta.

Esto se debe en parte al papel protagónico que Donald Trump le otorgó a Musk durante su administración, brindándole así una plataforma para hacerse viral y presentarse como un modelo de «hombre superior», admirado por miles de varones alrededor del mundo.

Por lo tanto, muchos hombres consideran a Musk como un referente, ya que encarna las características de una masculinidad hegemónica que, lejos de ceder, se encuentra en una batalla directa contra quienes defendemos masculinidades alternativas, antipatriarcales y promotoras del bienestar.

Al revisar la biografía de Musk, se observa una transformación notable: de ser un niño tímido, introvertido y víctima de bullying a convertirse en el multimillonario más influyente del planeta. Esto convierte su historia en un ejemplo perfecto de éxito y superación que muchos hombres anhelan emular, en su búsqueda por ocupar el rol de «macho alfa».

En consecuencia, Musk es considerado por miles como un ícono de lo políticamente incorrecto, destacándose por cualidades masculinas como carisma, inteligencia, confianza excesiva, habilidades de gestión, dedicación laboral extrema, y un perfil conflictivo y amenazante.

Sin embargo, estas características son valoradas en detrimento de otras cualidades como el cuidado, la empatía, la vulnerabilidad, la escucha activa, la amabilidad, la tolerancia y el respeto por la diversidad. Desde la óptica de la ultraderecha actual, estas últimas son vistas como «femeninas» y “woke”, y se busca perpetuar la masculinidad hegemónica y la desigualdad de género.

Por lo tanto, Musk simboliza una masculinidad distópica, que a través de sus empresas (Tesla, X, Neuralink y SpaceX) busca llevar al extremo las fantasías masculinas más ambiciosas, como dominar la mente humana, las máquinas y el planeta, incluso hasta Marte.

Esto representa una masculinidad destructiva que ignora por completo la crisis climática y ambiental que enfrentamos, resultado de patrones civilizatorios depredadores que creen estar por encima de los límites del planeta, tratando la vida como un mero juego para satisfacer las ambiciones de multimillonarios como Musk.

Además, Musk ha estado envuelto en polémicas constantes, desde críticas por las condiciones laborales en sus empresas hasta su oposición a las medidas sanitarias durante la pandemia del Covid-19 y acusaciones de discriminación racial.

Lo más preocupante son las denuncias de acoso sexual presentadas por trabajadoras suyas y su rechazo a aceptar la identidad de su hija trans, quien cambió su apellido debido al trato inaceptable que recibió de él. Esto subraya su incapacidad para empatizar con los demás.

Por lo tanto, resulta sorprendente que una figura así sea tan admirada por muchos hombres que lo ven como un modelo a seguir, cuando su comportamiento refleja un deseo de dominar y menospreciar a los demás, lo cual deja al descubierto los tiempos actuales y la defensa de ciertas normas masculinas insostenibles para la sociedad y la vida misma.

Con Información de pagina19.cl

Publicidad

Comparte:

Popular

Relacionado
Relacionado