El periodista Tomás Cancino ha regresado a la esfera pública tras un incidente violento durante una cobertura en vivo de una fiscalización vehicular. Más allá del golpe que recibió en pantalla y las más de 800 denuncias presentadas al CNTV, lo que ha captado realmente la atención de los televidentes han sido sus sinceras declaraciones previas al suceso.
En una charla con el programa Todo va a estar bien, Cancino admitió que nunca ha sentido afinidad por las tareas en terreno. “La verdad es que no me gustaban mucho, y ahora tampoco me agradan, para ser sincero,” confesó sin tapujos.
Con una honestidad poco frecuente en la televisión, Cancino se adentró en el tipo de rol que le ha tocado vivir frente a las cámaras. “No soy autoridad para estar pidiendo papeles o documentos. En realidad, no los pido; eso lo hace Carabineros,” aseguró, distanciándose de responsabilidades que no le corresponden legalmente.
Sus palabras generaron un amplio debate en redes sociales, sobre todo en relación al papel de los comunicadores durante las fiscalizaciones públicas. “Esa parte no me gusta mucho, la verdad. Creo que hay que cumplir, pero es un buen espacio para contar historias interesantes, y ahí es cuando realmente me interesa,” concluyó el periodista, evidenciando que su vocación está más enfocada en el contenido humano que en el control ciudadano.
Es importante mencionar que el incidente que desencadenó la controversia tuvo lugar durante una transmisión en vivo, donde Cancino fue agredido por un automovilista molesto tras una tensa interacción. El Consejo Nacional de Televisión confirmó haber recibido 872 quejas en solo tres días, convirtiendo este caso en uno de los más comentados de la semana.
Hasta el momento, Tomás Cancino ha decidido no involucrarse en los comentarios en redes sociales y no ha ofrecido más declaraciones al respecto. Sin embargo, sus reflexiones han propiciado una conversación más amplia sobre los límites éticos en el periodismo de terreno en contextos de fiscalización.
Con Información de www.limalimon.cl