A pesar de la actitud indignante y arrogante que exhibieron Donald Trump y su vicepresidente J.D. Vance durante su reunión pública con Zelenski en el Despacho Oval el 27 de febrero, cuestionando el esfuerzo de varios líderes europeos por lograr un alto el fuego justo, la política de hechos consumados que Trump intenta imponer a Zelenski se asemeja a una rendición de Washington ante Moscú.