El Senado de México dio su aprobación en una votación para permitir la entrada de 10 militares de Estados Unidos al país, con el fin de capacitar y entrenar al personal de la Armada de México, especialmente a sus unidades de Operaciones Especiales. El propósito es fortalecer sus habilidades tácticas y operativas, abarcando operaciones anfibias y en diversos entornos: marítimos, terrestres y aéreos.