Los aspirantes a suboficiales del Ejército de Chile ponen a prueba sus habilidades de combate en Pichicuy y Pullally.

Los estudiantes del Batallón de las Armas y del Batallón de los Servicios de la Escuela de Suboficiales del Ejército de Chile llevaron a cabo cursos de combate en Pichicuy y Pullally del 1 al 16 de marzo, con el objetivo de ampliar sus conocimientos y aplicar lo aprendido durante su formación militar.

Según informó Infodefensa.com, los soldados dragoneantes de primer año y los cabos dragoneantes de segundo año del Batallón de Las Armas realizaron en Pichicuy los cursos de combate I y III, respectivamente, mientras que los estudiantes del Batallón de los Servicios llevaron a cabo en Pullally su primera campaña en terreno para formarse como combatientes individuales.

El Ejército de Chile señala que los alumnos enfrentaron en terreno, tanto de día como de noche, desafíos como combate urbano, orientación, ensayo de obstáculos, supervivencia, nudos y ataduras, rapel, primeros auxilios, lanzamiento de granadas, armado y desarmado de armamentos, navegación, salto de confianza, telecomunicaciones y tiro de combate.

A pesar del calor y la vaguada costera, las actividades se realizaron sin inconvenientes. Los alumnos mostraron disciplina y compromiso en cada entrenamiento, utilizando cascos, gafas de sol, protector solar, guantes, coderas y rodilleras para llevar a cabo su entrenamiento de manera efectiva.

Cada jornada de la campaña ofreció una nueva oportunidad para perfeccionar sus habilidades, y en el ejercicio final, los estudiantes debieron demostrar su avance a través de un riguroso proceso de evaluación.

Compañerismo y trabajo en equipo

Para los soldados dragoneantes de primer año, el Curso de Combate I significó una transición definitiva del ámbito civil al militar, donde dominaron técnicas esenciales para convertirse en combatientes individuales. Por su parte, los cabos dragoneantes en el Curso de Combate II asumieron el papel de instructores auxiliares, guiando a aquellos que inician su camino militar.

El comandante del Batallón de las Armas, teniente coronel Miguel Mackay, destacó la efectividad de la metodología experiencial utilizada en estos entornos. “La técnica promueve un aprendizaje activo, en el que no solo adquieren conocimientos, sino que también los aplican a través del ‘aprender haciendo’, desarrollando habilidades esenciales para su desempeño», indicó.

Por su parte, la comandante del Batallón de los Servicios, mayor Fernanda Jara, subrayó la relevancia del compañerismo y el trabajo en equipo en este contexto. «A través de este proceso, aprenden a superarse a sí mismos, lo que representa el mayor valor: reconocer su capacidad para alcanzar sus objetivos», afirmó.

El cabo dragoneante Víctor Parra, quien realizó el Servicio Militar y fue Soldado de Tropa Profesional, comentó que «en mi rol de instructor auxiliar, tengo la oportunidad de impactar positivamente en la vida de otros, ayudándolos a transformar su futuro».

La soldado dragoneante Rayén Gálvez enfatizó que el entrenamiento fortaleció su resistencia física, carácter y resiliencia: «Así, podré cumplir eficazmente las misiones que se me asignen, ya sea durante un conflicto o en una operación que requiera apoyo a la comunidad», señaló.

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