En octubre de 1969, el presidente Nixon instruyó al Pentágono para que incrementara la preparación ante un posible ataque nuclear a la Unión Soviética, lo que incluyó el despliegue de 18 aviones B.52 armados con bombas nucleares y diversos movimientos militares hacia la URSS. Esta táctica tenía su origen en las enseñanzas del propio Maquiavelo, quien sostenía que “a veces es muy astuto simular locura”. Nixon pretendía hacerle creer a Moscú que había enloquecido ante el comunismo y que no dudaría en accionar el botón nuclear por el bien del mundo. No sabemos si Trump está imitando a Nixon o si realmente no se trata de una estrategia. Sin embargo, los europeos no podemos permitirnos esperar a descubrirlo cuando ya sea demasiado tarde.
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