Las recientes elecciones locales han arrojado resultados variados, con victorias tanto para oficialistas como para la oposición en diferentes regiones. En nuestra región, Pablo Silva Amaya ha sido reelegido como autoridad regional, con expectativas de superar su desempeño anterior.
Un análisis preliminar muestra la sorprendente victoria de Ugarte en Rancagua y el respaldo significativo que Silva recibió en Colchagua y Cardenal Caro, gracias al apoyo de alcaldes de distintas corrientes políticas.
Se observó que Ugarte tuvo menos apoyo en la segunda vuelta, lo que podría indicar un fallo en la estrategia del partido Republicano. La visita de Kast no tuvo el impacto esperado, afectando más que beneficiando su campaña.
De cara a las elecciones presidenciales, surge la incógnita sobre la relevancia de la marca Republicano y si puede lograr mayorías absolutas. A pesar de su fuerza política, podría no ser suficiente para obtener más del 50% de los votos.
Aunque el Gobernador tiene limitaciones en sus atribuciones, Silva cuenta con la ventaja de haber sido elegido para un periodo de cuatro años, lo que le permite representar a la región ante el poder central y supervisar el trabajo de los seremis.
En un contexto globalizado, la autonomía regional es fundamental para abordar desafíos sociales y económicos, atrayendo inversiones y fortaleciendo la competitividad de los sectores productivos. La Competitividad Regional se define como la capacidad de lograr un crecimiento sustentable a largo plazo, impulsando el bienestar económico y social de sus habitantes.
Es crucial contar con un Gobernador Regional para descentralizar recursos y atender las necesidades específicas de cada región, en lugar de depender de decisiones centralizadas desde la capital del país.
Luis Fernando González V
Subdirector
Con Información de chilelindo.org