«Solicitamos a los presentes que evacuen de manera inmediata sin detenerse a disculparse».

Escrito por Manuel Polgatiz, Periodista y Comentarista Deportivo.

Las excusas solo provocan más problemas. Los cobardes abandonan el barco, y a los incompetentes se les debe indicar (porque ellos no lo hacen) que es hora de tomar sus «hermosos» cuerpos y salir en busca de nuevos horizontes.

En el caso específico de O’Higgins, tanto jugadores como directivos, no se molesten en disculparse; ¡váyanse rápidamente, y a la cresta!, pues su presencia en Rancagua genera solo desprecio y asco colectivo. Son un grupo de personas ineficaces que han destruido los sueños e ilusiones de miles de aficionados.

Nadie de este plantel merece continuar, a pesar de los contratos costosos que digan lo contrario. Actúen con ética y muestren respeto al abandonar sin quejas ni declaraciones victimistas ante los medios.

Busquen nuevas oportunidades, sean sensatos y tómense el tiempo para reflexionar antes de decidir hacer las maletas sin ninguna obligación. Es momento de dejar atrás las sonrisas irónicas y los comportamientos arbitrarios de quienes no muestran ni una pizca de amor por el club.

Me refiero a esos que ni siquiera viven en la ciudad heroica, a quienes cruzan la región en autos de lujo y ni siquiera saben dónde comprar pan en el vecindario. Esos atletas y dirigentes empaquetados y ostentosos que solo piensan en llenar sus bolsillos a expensas de la tristeza de otros.

Dejen de molestarnos, escapen a sus refugios para lidiar con sus propias miserias; solo así encontraremos el aire fresco que hemos estado necesitando durante 9 años. Ya no somos ingenuos, y la afición dejó claro su descontento en las gradas, aunque los responsables se hicieron invisibles como ratas de un cuento de hadas.

Se acabó el melodrama mediático, doloroso y triste. Nos llevaron sin razón al fondo del abismo, desterrando no solo la razón, sino también el amor por la camiseta que ustedes desprecian. Podrid en su propia miseria y no regresen nunca más a este lugar.