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La campaña de Trump se desvinculó rápidamente de la broma hecha por Hinchcliffe. Un portavoz del candidato republicano aseguró que estas «no representan las opiniones» de Trump.
Aprovechando la ocasión, la campaña de Harris comentó que la broma sobre Puerto Rico indica que Trump está «alimentando la división» entre los estadounidenses.
Celebridades puertorriqueñas como Bad Bunny y Jennifer López se unieron al apoyo de Harris el domingo.
Un representante de la campaña indicó a CBS, socio estadounidense de la BBC, que la controversia fue un regalo para el Partido Demócrata.
Algunos residentes de Puerto Rico comparten esta opinión.
Jessie Ramos, una partidaria de Harris, afirmó: «La broma nos ha dado la victoria. Literalmente nos la ha brindado«. «La comunidad latina está lista para salir a apoyar a Kamala Harris».
Los puertorriqueños que residen en la isla (territorio estadounidense en el Caribe) no pueden votar en las elecciones presidenciales, aunque la gran diáspora en el continente estadounidense sí tiene esa posibilidad.
En todo Pensilvania, hay aproximadamente 600.000 votantes elegibles latinos.
De ellos, más de 470.000 son puertorriqueños, lo que representa una de las concentraciones más grandes del país y podría ser decisivo en un estado donde las encuestas apuntan a una competencia muy cerrada entre Harris y Trump.
Particularmente, el norte de Filadelfia ha sido un objetivo clave para Harris, quien visitó Freddy & Tony’s, un restaurante puertorriqueño y un centro comunitario en Fairhill el domingo.
Ese mismo día, Harris presentó una nueva plataforma política para Puerto Rico, prometiendo desarrollo económico y más asistencia en situaciones de desastre, acusando a Trump de haber «dejado de lado e insultado» a la isla durante el huracán María en 2017.
Queda por ver si esto repercutirá en los votantes puertorriqueños.
Dalma Santiago, dueña de Freddy & Tony’s, comentó a la BBC que no está segura de si la «broma» de Trump influirá en las elecciones, aunque está convencida de que resonó «alto y claro» en Fairhill y otras comunidades puertorriqueñas.
«Cada persona tiene su propia opinión», dijo. «Pero nadie lo olvidará».
Moses Santana, un veterano del ejército estadounidense que trabaja en un centro de reducción de daños en Fairhill, expresó que también tiene dudas sobre cómo afectará la broma.
En una entrevista con la BBC, Santana mencionó que la gente está cansada de políticos de todos lados, y muchos consideran que ambos partidos no han abordado los problemas socioeconómicos que afectan la región.
«La gente aquí no suele obtener lo que desea», agregó. «Incluso cuando votan».
«Profundamente ofensiva»
El martes, Trump tenía programado realizar un acto de campaña en Allentown, una ciudad de alrededor de 125.000 habitantes en el centro de Pensilvania, donde hay aproximadamente 33.000 personas que se identifican como puertorriqueñas.
Sin embargo, incluso entre los seguidores de Trump en la comunidad latina más amplia de Pensilvania, la broma fue mal recibida.
Una de ellas es Jessenia Anderson, una votante republicana de origen puertorriqueño que vive en Johnstown, a unos 380 km al oeste de Filadelfia.
Anderson, veterana militar originaria del Lower East Side de Nueva York, una zona con una alta población puertorriqueña, asiste frecuentemente a los eventos de campaña de Trump en Pensilvania.
Calificó la broma de «profundamente ofensiva» y considerada «totalmente inapropiada». Instó a sus compañeros republicanos a tener «conversaciones respetuosas y conscientes».
No obstante, Anderson no planea cambiar su voto.
«Sigo creyendo en el potencial del partido para generar un impacto positivo«, afirmó.
«Espero que se dirijan a los votantes latinos con el respeto que se merecen«.
(Imágenes: Getty Images)
PURANOTICIA // BBC MUNDO
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