El fin de año se acerca, y con él, la sensación común de estrés. Con los días más cortos y más tareas, muchas personas se sienten abrumadas, experimentando lo que conocemos como burnout en psicología: un estado de agotamiento físico, emocional y mental que puede desbordarnos si no lo manejamos correctamente. La presión por cumplir con objetivos laborales, organizar celebraciones y lidiar con la ansiedad ante un nuevo ciclo es la razón de este fenómeno tan frecuente en esta época.
Para prevenir el burnout, es crucial realizar una planificación consciente que incluya la gestión de nuestra energía emocional e intelectual. Dividir el año en tres partes y programar pausas revitalizantes en momentos clave puede ayudar a manejar el desgaste acumulado. Identificar factores que nos agotan innecesariamente y tomar medidas preventivas también es esencial para disfrutar de las celebraciones con mayor ligereza emocional.
Identificar los desgastes innecesarios
Reconocer nuestros límites y descansar de manera adecuada son prioridades para evitar el burnout. Cada persona tiene formas diferentes de recargar energías, por lo que es importante conocer las nuestras. Ajustar expectativas y aprender a soltar ciertas obligaciones también son pasos cruciales para evitar el agotamiento al final del año.
En resumen, con una planificación estratégica y realista, es posible cerrar el año sin sentirnos al borde del colapso. Anticiparse a las demandas, gestionar nuestra energía y ser realistas con nuestras expectativas son claves para evitar el burnout. La planificación no se trata solo de administrar el tiempo, sino de aprender a manejar nuestra energía mental y emocional para enfrentar el año nuevo con fuerzas renovadas.
Por Ana Troncoso, Psicóloga y coach en fortalezas
Psicóloga y coach en fortalezas
Con Información de chilelindo.org