Según la muestra 2024 de la Fundación Paz Ciudadana, a pesar de que la victimización por delitos de robo ha disminuido, el temor al delito sigue siendo históricamente elevado. Las percepciones de inseguridad son desiguales, siendo las mujeres y las personas de clases medias las más vulnerables. En contraste, los residentes de barrios privilegiados experimentan menos inseguridad.
El Dr. Patricio Saavedra de la Universidad de O’Higgins destaca que la inseguridad afecta la libertad y movilidad de grupos sociales medios y desfavorecidos. Además, las interacciones sociales se ven afectadas, lo que puede generar aislamiento y problemas de salud mental.
Las altas cifras de inseguridad también tienen implicaciones políticas y sociales, ya que podrían llevar a una pérdida de confianza en la democracia y fomentar liderazgos populistas o autoritarios. Además, la nueva criminalidad, con bandas internacionales, genera una sensación de mayor amenaza.
La percepción de inseguridad también se ve influenciada por la ineficiencia policial y la corrupción, lo que intensifica el sentimiento de inseguridad en la población. La legitimidad de las instituciones policiales depende de cómo la ciudadanía las perciba.
Con Información de chilelindo.org