En 2013, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) instituyó el Día Mundial del Retrete, que se celebra el 19 de noviembre con el objetivo de eliminar estigmas sobre el tema y promover acciones para abordar la crisis global de saneamiento.
Según datos de la ONU, todavía hay 2.000 millones de personas en el mundo que carecen de servicios básicos de higiene, de las cuales 653 millones no tienen acceso a instalaciones sanitarias. Además, en la actualidad, 3.500 millones de personas no cuentan con un saneamiento seguro y alrededor de 1.000 niños menores de cinco años mueren cada día debido a enfermedades diarreicas originadas por condiciones sanitarias precarias o por consumir agua no potable.
En este contexto, la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Sanitarios (Andess) presentó cifras preliminares de la segunda edición del «Barómetro Ciudadano sobre la Crisis Hídrica», realizado en colaboración con Criteria. Este estudio analiza tendencias y opiniones sobre el cuidado del agua, la crisis hídrica y la industria del agua potable y saneamiento, incluyendo aspectos relacionados con el uso del inodoro y los sistemas de alcantarillado.
En Chile, la cobertura de servicios sanitarios en áreas urbanas es muy alta, comparable a la de países desarrollados, con un 99,9% de cobertura en agua potable a nivel nacional, 97,5% en alcantarillado y 99,9% en tratamiento de aguas residuales para la población con alcantarillado. Esto coloca al país en una posición privilegiada a nivel mundial, resultado de un exitoso plan de saneamiento respaldado por una sólida inversión público-privada.
Andess destaca la importancia de este día para reflexionar sobre los logros alcanzados a través de la colaboración público-privada, que han permitido el reconocimiento del derecho humano al agua y al saneamiento en Chile.
Entre los resultados del estudio se destaca que aun persiste la práctica de desechar productos por los sistemas de alcantarillado, siendo el papel higiénico, aceite de cocina, restos de comida, productos químicos y medicamentos vencidos los desechos más comunes. Estas prácticas afectan la infraestructura y la calidad del agua en las plantas de tratamiento.
Para asegurar un adecuado funcionamiento de los sistemas de saneamiento, es fundamental evitar arrojar desechos que puedan obstruir la red. El aumento en la descarga de papel higiénico y productos químicos a través de los desagües en comparación con años anteriores representa un problema para la infraestructura.
Según Cristián Munita, gerente general de Criteria, desechar papel higiénico por el inodoro es una práctica más común en los estratos socioeconómicos más altos, posiblemente vinculada a una mayor percepción de limpieza e higiene. El gerente de estudios de Andess enfatiza que, a pesar de que el papel higiénico está diseñado para disolverse, tirarlo al inodoro da la falsa impresión de que los desagües pueden usarse como basureros, lo cual es perjudicial tanto para las viviendas como para el tratamiento de las aguas.
Con Información de chilelindo.org