El efecto del cambio climático en la viticultura chilena: incremento de temperaturas, escasez de agua y alteraciones en los ciclos de cultivo.
La industria del vino en Chile, reconocida a nivel mundial, enfrenta un futuro incierto por el cambio climático. Según Yerko Moreno, director del Centro Tecnológico de la Vid y el Vino de la Universidad de Talca, las transformaciones climáticas están planteando desafíos en la gestión de los viñedos y afectando la calidad del vino.
“Las temporadas recientes han mostrado variaciones significativas, lo que complica a los productores prever los rendimientos y ajustar las técnicas de manejo”, señaló el académico. Los principales desafíos abarcan el incremento de las temperaturas y la disminución en la disponibilidad de agua, lo que ha llevado a la adopción de nuevas prácticas agronómicas.
Moreno enfatizó que la adaptación debe abordarse en tres etapas clave: diversificar las prácticas agronómicas, modificar las variedades de uva y, si es necesario, relocalizar los viñedos a otras áreas productivas. Sin embargo, esta última alternativa no se considera factible en un plazo de 50 a 70 años.
Cambio climático y su impacto en la viticultura
El cambio climático también está alterando los ciclos de brotación, floración y maduración de las uvas. Por ejemplo, en el norte de Chile, las uvas destinadas a la producción de vinos espumantes se están cosechando un mes antes de lo habitual. Esta variación puede afectar tanto la calidad como la cantidad de producción en el futuro cercano.
Además, las fluctuaciones de temperatura provocan una descoordinación entre la acumulación de azúcares, la acidez y la madurez fenólica de las uvas, resultando en vinos más alcohólicos y menos equilibrados al paladar.
A nivel global, las regiones productoras de vino enfrentan desafíos similares. Sin embargo, en Chile, la reducción de la superficie destinada a la viticultura también responde a factores comerciales. Moreno advirtió que será necesario ajustar la proporción de producción de vinos blancos y tintos para adaptarse a las condiciones actuales del mercado.
El futuro de la vinicultura en Chile dependerá de la capacidad del sector para adaptarse a los retos que impone el cambio climático. La innovación en prácticas agronómicas, la reestructuración de la producción y la exploración de nuevas variedades serán fundamentales para conservar la calidad y el reconocimiento internacional de los vinos chilenos. Aunque los efectos son indiscutibles, los expertos tienen confianza en que, mediante una planificación estratégica y la aplicación de la ciencia, Chile podrá afrontar este complicado panorama y continuar destacándose en el mundo del vino.
Con Información de chilelindo.org