Venezuela vuelve a ser el centro de atención en la geopolítica global

Una imagen de Hugo Chávez acompaña este texto.

La corriente política que actualmente denuncia alegadas irregularidades en las recientes elecciones presidenciales de Venezuela es la misma que en 2019 apoyó la auto-declaración de Juan Guaidó como presidente sin elecciones previas, colocando un representante ficticio en la OEA y nombrando embajadores no oficiales en algunos países. Estos grupos han apoyado golpes de estado en Bolivia y Perú y han respaldado la persecución política contra líderes de izquierda en Latinoamérica. Consultan frecuentemente a la embajada estadounidense antes de tomar posturas, siguiendo intereses ajenos a los de sus poblaciones.

Quienes hoy critican la falta de integridad en las elecciones, ignoran selectivamente la manipulación y co-optación del poder cuando el ganador es de derecha, no montando campañas mediáticas en contra de esos resultados. Califican peyorativamente de «régimen» a cualquier gobierno que no se alinee con sus intereses económicos o geopolíticos, mientras respaldan o participan en la monopolización de la comunicación y las plataformas digitales, restringiendo la libertad de expresión.

Algunos actores, ingenuamente, buscan esclarecer dudas sobre las elecciones venezolanas a través de evidencia del organismo electoral, pero hay fuerzas conservadoras y económicas que buscan controlar los recursos naturales de Venezuela bajo la fachada de promover la democracia y los derechos humanos.

La Revolución Bolivariana ha enfrentado intentos de derrocamiento durante más de dos décadas, incluyendo el paro petrolero y el golpe de estado en 2002, protestas violentas financiadas en 2014 y 2017, y un intento de invasión en 2019 bajo el pretexto de ayuda humanitaria. Estos sectores han impulsado sanciones que forzaron la migración de venezolanos buscando mejoras en sus vidas.

La resistencia al chavismo busca prevenir que modelos soberanos y alternativos al capitalismo inspiren a otros, como ha sucedido con otras revoluciones en América Latina. Los esfuerzos de integración regional y la potencial unión de Venezuela al bloque BRICS+ representan desafíos al poder hegemónico occidental, promoviendo una integración regional con soberanía.

El contexto geopolítico actual revela el deseo de Estados Unidos de mantener su dominio, enfrentando resistencias en la forma de diversidad cultural y autodeterminación de los pueblos. América Latina y el Caribe están en alerta ante la posible expansión de conflictos impulsados por Estados Unidos, como se evidencia en las acciones del Comando Sur y en las tensiones en el Esequibo.

La defensa de la paz y la soberanía es imperativa, con líderes regionales promoviendo el diálogo y rechazando la injerencia externa. La unidad de los pueblos latinoamericanos y caribeños es fundamental para preservar la paz y la autodeterminación.

Con información de https://www.pressenza.com/es/2024/08/venezuela-otra-vez-en-el-ojo-del-huracan-geopolitico/

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