El congelamiento de precios en las cuentas de luz puede parecer una solución atractiva. Sin embargo, esta medida puede traer graves consecuencias para la calidad del servicio eléctrico, tal como se ha observado en países como Argentina y Ecuador.
En Ecuador, la falta de inversión en infraestructura ha llevado a cortes de luz frecuentes. Esta situación es el resultado de políticas que limitan los ingresos de las empresas eléctricas, impidiéndoles realizar las inversiones necesarias. La medida de congelar precios impide el mantenimiento adecuado de las redes eléctricas, afectando directamente a los usuarios.
En Argentina, la situación es igualmente preocupante. La tarifa de electricidad en Argentina es la más alta en relación al poder adquisitivo de los ciudadanos en décadas. Esto se debe, en parte, a la distorsión de los precios congelados, que han llevado a un déficit en la financiación del sistema eléctrico. La falta de recursos para modernizar y mantener la infraestructura eléctrica ha afectado gravemente la calidad del servicio.
Estas experiencias internacionales ofrecen lecciones valiosas. Mantener precios bajos de manera artificial puede parecer una medida popular a corto plazo, pero a largo plazo, los consumidores pueden enfrentar cortes de luz y un servicio deteriorado. Es crucial que las políticas energéticas se orienten a garantizar un servicio de calidad, permitiendo a las empresas del sector realizar las inversiones necesarias.
En conclusión, el congelamiento de precios en las cuentas de luz, aunque puede ser una medida temporalmente beneficiosa para los consumidores, conlleva riesgos significativos para la calidad del servicio eléctrico.