La disminución en las tasas de intercambio (TI) que comenzará a regir en octubre está causando preocupación en bancos y emisores de tarjetas de pago. El primer ajuste se realizó el año pasado, estableciendo un máximo del 0,50% para tarjetas de débito, 1,14% para crédito y 0,94% para prepago. Sin embargo, en un mes estas tasas disminuirán a 0,35% en débito y a 0,80% en crédito y prepago. El impacto de esta decisión preocupa a los gremios, quienes señalan la necesidad de revisarla para evitar consecuencias negativas en la inclusión financiera y el desarrollo de los pagos digitales. Por otro lado, se destaca que el Comité encargado de fijar las tasas no consideró ciertos aspectos relevantes, como los costos de ciberseguridad y fraude, especialmente en el caso de las tarjetas de prepago. La discusión sobre el equilibrio adecuado en la fijación de las tasas involucra a distintos actores, quienes coinciden en la importancia de considerar todos los costos asociados para garantizar un ecosistema financiero equilibrado y competitivo. Además, las fintechs emisoras de tarjetas de prepago expresan su preocupación ante la disminución de las tasas, argumentando que afectará sus ingresos y sostenibilidad financiera. Expertos del sector también advierten sobre los posibles efectos negativos a largo plazo si las tasas se reducen demasiado. En resumen, la disminución de las tasas de intercambio genera incertidumbre en el sector, y se plantea la necesidad de revisar esta decisión para proteger la estabilidad y desarrollo del mercado de pagos digitales.
Con Información de chocale.cl