En julio se celebró en Washington la 75ª Cumbre de la OTAN, justo antes del fallido atentado contra el posible próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Aunque no tuvo mucha repercusión, la cumbre reveló información sobre los presupuestos de defensa de España, causando incertidumbre. La reunión marcó el final del plazo establecido en 2014, después de la primera invasión rusa en Ucrania, para que los socios de la OTAN aumentaran sus presupuestos de defensa. En la cumbre de Cardiff de 2014, los socios se comprometieron a destinar al menos el 2% de su PIB a defensa en un plazo de diez años, con al menos el 20% destinado a nuevas inversiones. En comparación con otros países, España se ubicó en el último lugar en cuanto al gasto en defensa en relación con su PIB, con un 1,28%, por debajo del objetivo del Ministerio para este año del 1,3% (el año pasado fue del 1,24%). Aunque se cumplió el otro objetivo con el 30,3% destinado a adquisiciones principales, no hubo mucha celebración ya que otros 28 de los 32 miembros también lo lograron.
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