En los últimos años, las Fuerzas Armadas han invertido en la compra de elementos de visión y accesorios para mejorar el uso de su armamento individual. Esto incluye la adquisición de visores de corto y largo alcance, así como dispositivos térmicos para fusiles de asalto, ametralladoras y lanzagranadas, entre otros. Además, también han adquirido calculadores balísticos y accesorios que mejoran la ergonomía de sus dispositivos de puntería.