La industria de Defensa se asemeja a la industria de fabricantes de geles hidroalcohólicos y vacunas en tiempos de guerra y pandemia respectivamente. Ambos sectores se ven beneficiados por situaciones extremas e impredecibles, requiriendo inversión en investigación y sostenimiento de líneas de producción a largo plazo sin grandes expectativas de beneficios inmediatos. La importancia de invertir y el costo de los productos se vuelven relevantes cuando se trata de bienes cruciales, como evidenciamos durante la pandemia de COVID-19 y en la actual guerra en Ucrania.